INFECCIÓN DE VÍAS URINARIAS por Jhon Jairo Monsalvo ( médico de medicina general )
Las vías urinarias como su nombre lo dice, son las vías que conducen la orina desde los riñones hasta el exterior del organismo y que comprenden en orden descendente:
- Los riñones en sí mismos (Donde se filtra y produce la orina).
- Ambos uréteres (Izquierdo y derecho, que drenan la orina de los riñones a la vejiga).
- La vejiga (Donde se almacena la orina).
- La uretra (Que sirve de desagüe a la vejiga).
- El meato urinario (El orificio de los genitales por donde se evacua la orina al exterior).
En condiciones normales, la orina debe tener pocas o ninguna bacteria. Sin embargo, debido a la proximidad del meato urinario con el exterior y la piel del organismo, como también a los genitales y al ano, muchas veces podemos encontrar bacterias típicas de estas zonas en muestras de orina (Bacteriuria). Lo anterior no implica que necesariamente el individuo presente síntomas de infección (Bacteriuria asintomática). Otro origen de las bacterias que puedan llegar a las vías urinarias es hematógeno, es decir, que llegan a través de la sangre a los riñones provenientes de alguna infección en otra parte del cuerpo. Hablamos de INFECCIÓN DE VÍAS URINARIAS cuando en una muestra de orina por laboratorio se encuentren aumentados el número de bacterias (algunas muestras se contaminan) y de Leucocitos (Glóbulos blancos o de defensa), además de presencia de sangre u otros hallazgos anormales. En estos casos, el paciente generalmente puede presentar síntomas tales como:
- Orina de olor intenso y/o turbia.
- Polaquiuria (Aumento de la frecuencia de las ganas de orinar aunque se produzcan pocas cantidades de orina).
- Disuria (Sensación de dolor o molestia en la uretra al orinar).
- Hematuria (Gotas de sangre en la orina que no son evidentes en todos los casos).
- Nicturia (Incremento de la frecuencia de las micciones durante la noche).
- Fiebre (no se da en todos los casos).
Las mujeres, particularmente las niñas, son más susceptibles a las infecciones puesto que la uretra es más corta en ellas que en los hombres por lo que las bacterias penetran más fácilmente. El segundo grupo más propenso a desarrollar infección urinaria es el de los ancianos por colapso de las vías urinarias (p. ej. prostatitis), le siguen las embarazadas por cambios hormonales así como los diabéticos y los inmunosuprimidos (VIH, oncológicos, etc.).
Si hay Infecciones urinarias a repetición en niños, sobre todo lactantes, se debe descartar alguna malformación de las vías urinarias que produzca estancamiento de la orina. Por otro lado, hay una estrecha relación entre las infecciones urinarias y la actividad sexual, siendo en estos casos donde se presentan más cuadros de este tipo en la edad reproductiva tanto en hombres como en mujeres.
El diagnóstico se da a través de los síntomas y una muestra de orina en el laboratorio evaluada por un médico ó facultativo. El tratamiento depende del sitio y el origen de la infección, así como de la bacteria implicada en el cuadro. Por lo general se usan antibióticos, aunque en las malformaciones, recurrencias y/o resistencia puede haber incluso intervenciones quirúrgicas.
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